Cinco hombres que están enamorados de la misma mujer acuden engañados a una reunión en el hotel Imperial de Madrid y uno de ellos es asesinado. Todos ellos son jóvenes apuestos, todos tienen considerables fortunas y todos están enamorados sin remedio de Rebeca de Rivas, marquesa de Peñaflor, una joven de singular belleza y fuerte carácter que busca en la alta sociedad madrileña un marido rico con el que salvar a su familia de la ruina.
Los planes de boda se ven alterados por una investigación llevada a cabo por el inspector de policía Antón Puerta, quien se asoma a la intimidad de la marquesa para descubrir al asesino. Una historia de misterio y amor con un final que te sorprenderá.
Este libro está dedicado a mi madre, una de las personas más inteligentes que conozco, y que nació en una época en la que a las mujeres no les dejaban estudiar una carrera ni trabajar. También está dedicado a todas las mujeres que todavía hoy en día no les dejan estudiar.
El Crimen de los Cinco Amantes, de Luis Goñi Iturralde no es solo una novela de amores cruzados, sino un retrato de los conflictos internos de una época donde la aristocracia española, atrapada entre sus deseos y las estrictas convenciones sociales, encuentra en el amor y el honor las fuerzas que desafían y sostienen sus vidas. El drama de Rebeca de Rivas y sus cinco pretendientes es un espejo de las aspiraciones y limitaciones que define a estos personajes.
Rebeca, marquesa de Peñaflor, es el eje de la historia, pero no como una figura romántica o idealizada, sino como una mujer que se enfrenta a una serie de dilemas. Como heredera de títulos nobles, Rebeca representa la presión constante de cumplir con las expectativas de su linaje y de una sociedad que juzga cada paso. Pero bajo esa fachada de belleza e inteligencia, hay una mujer que sueña con algo más, que lucha entre la necesidad de asegurar su futuro y su deseo de hallar un amor auténtico, un dilema profundo que la pone en constante conflicto con el rol que se espera de ella.
Los cinco pretendientes que compiten por su atención no solo reflejan diferentes estilos de cortejo, sino también las variadas formas en que los hombres de la época abordan las relaciones y el poder. Ernesto Arteche, con su postura marcial y rígida, encarna el honor tradicional; es el tipo de hombre que ve el matrimonio como un deber y el amor como una conquista. Por otro lado, José Baeza, el noble bondadoso, refleja una visión idealizada y casi infantil del amor, lo que en el fondo lo convierte en un candidato débil en un mundo que castiga la ingenuidad. Carlos Espinosa, en cambio, nos muestra la cara ambiciosa y fría de quien busca en Rebeca un trofeo más, una conquista que adorne su vida de éxito. Y el conflicto entre Fernando de Mirabal y Bartolomé de Urbina trasciende la rivalidad romántica; estos dos amigos-rivales representan una lucha por identidad, por estatus y, finalmente, por vencer a un hermano en espíritu.
La historia de estos personajes, narrada con un lenguaje exquisito y detallado, es mucho más que un drama romántico. Cada uno de ellos nos invita a reflexionar sobre cómo el amor puede convertirse en una carga cuando se encuentra atrapado en el peso de las expectativas sociales. Las escenas de sus encuentros, especialmente el tenso «duelo de amantes» en el Hotel Imperial, están cargadas de simbolismo y demuestran cómo los impulsos humanos pueden distorsionarse cuando están sometidos a los ideales de clase y al deber.
Luis Goñi Iturralde crea en El Crimen de los Cinco Amantes una atmósfera que va más allá del romance. Nos hace cuestionarnos hasta qué punto nuestros deseos nos pertenecen o están moldeados por la sociedad. ¿Es Rebeca, en última instancia, una mujer libre de elegir? ¿O está tan atrapada como sus pretendientes en un juego donde el amor es menos una elección que una imposición? La novela sugiere que, en una sociedad donde el estatus es tan importante como los sentimientos, las personas pueden llegar a perderse a sí mismas en la búsqueda de aquello que creen desear.
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